lunes, 15 de abril de 2013

La Nasa pretende capturar un asteroide.


La NASA pretende capturar un asteroide en pleno vuelo y traerlo después a la Tierra. Los detalles de esta revolucionaria misión se anunciaron el pasado 10 de abril, al mismo tiempo que se hizo público el presupuesto de la agencia espacial norteamericana para 2014.
La idea parece sencilla, y consiste en localizar, primero, un pequeño asteroide (entre 5 y 7 metros), enviar hasta él una nave capaz de capturarlo y traerlo después hasta las cercanías de la Tierra, al alcance de los astronautas, que podrán visitarlo y estudiarlo con toda comodidad. La construcción del robot que «cazará» el asteroide costará 78 millones de dólares y estará listo para ser lanzado en 2017.

Todo empezó hace un año

El proyecto fue sugerido por primera vez hace un año por el Instituto Keck de Estudios Espaciales, entidad adscrita al Instituto de Tecnología de California (Caltech), y adoptado después por la NASA y también por la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca. Hace ya algún tiempo, el presidente Obama anunció su intención de enviar una nave tripulada para que astronautas aterrizaran en un asteroide en el año 2025, pero los costes de esa misión han resultado ser prohibitivos.
Sin embargo, traer un asteroide «a casa», probablemente al segundo Punto de Lagrange entre la Tierra y la Luna (EML2) sería algo técnicamente posible y presupuestariamente asequible. Los puntos de Lagrange son las cinco posiciones de un sistema orbital en las que las fuerzas gravitatorias de dos cuerpos (por ejemplo la Tierra y la Luna) se equilibran, de modo que un objeto pequeño (como un satélite o un asteroide) puede mantenerse estacionario con respecto a los dos más grandes. EML2, situado sobre la cara oculta de nuestro satélite, es uno de esos cinco puntos gravitatorios privilegiados del sistema Tierra-Luna.
Según los cálculos del Instituto Keck, remolcar un asteroide de unos siete metros y 500.000 kg. de peso tendría un coste aproximado de 2.650 millones de dólares. Para llegar hasta el objetivo y traerlo a la Tierra se utilizarían impulsores eléctricos y de energía solar. Una vez colocado en el punto elegido, el asteroide quedaría al alcance de un cohete Orion tripulado, que podría así estudiarlo a sus anchas.

Tecnología disponible

La propia NASA explica que toda la tecnología necesaria para desarrollar esta misión está actualmente disponible. Por un lado, nuestros conocimientos sobre los varios tipos de asteroides y sus localizaciones han aumentado exponencialmente durante las últimas décadas.
En cuanto a los posibles riesgos, la agencia espacial asegura que la misión no supondría amenaza alguna para la Tierra ya que los asteroides elegidos serían del tipo C (condritas carbonáceas, los más comunes), que tienen la misma densidad que «una bola de barro seca» y que, además, llegarían hasta nuestro planeta a una velocidad muchísimo menor que la del asteroide (de similar tamaño) que hace unas semanas explotó en Rusia, sobre la ciudad de Chelyabinsk.
Sin duda, la parte más difícil será precisamente la de encontrar un asteroide adecuado, ya que se necesita una roca bastante más pequeña que las que habitualmente se ven pasar en las proximidades de la Tierra.
Fuente de información: www.abc.es/ciencia/20130414/

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