sábado, 16 de marzo de 2013

La fosa de las Marianas



La Fosa de las Marianas, situada en el océano Pacífico y considerada el lugar más profundo del planeta, no es un inhóspito infierno acuático. Al contrario de lo que pueda parecer, esta cicatriz de 2.550 km de longitud que alcanza los 11 km de profundidad -el monte Everest podría introducirse dentro- en el Abismo Challenger, está repleta de vida. Investigadores de la Universidad de Dinamarca del Sur, Odense, han descubierto altos niveles de actividad microbiana en los sedimentos del fondo, justo donde hace unos meses descendió el director de Hollywood James Cameron.
Debido a su profundidad extrema, la fosa está envuelta en una oscuridad perpetua con temperaturas glaciales. Sin embargo, el equipo dirigido por Ronnie Glud comprobó que el nivel de consumo biológico de oxígeno era dos veces más elevado que en un lugar cercano situado a solo 6.000 metros de profundidad. El análisis de los sedimentos extraídos en los dos lugares muestra también concentraciones más elevadas de células microbianas en el Abismo de Challenger. Cameron debía haber «rascado» un poco más.
Con un robot submarino
Los investigadores utilizaron un robot submarino de 4 metros y 600 kilos concebido especialmente para la búsqueda de vida en la fosa, con sensores ultrafinos para sondear el consumo de oxígeno de los fondos marinos. El equipo también realizó vídeos del fondo de la fosa. La presión allí es casi 1.100 veces superior a la que existe en la superficie. Sin embargo, encontrar comida es un reto aún más grande que soportar la presión.

Fuente de información: www.abc.es/ciencia/

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