En tiendas
virtuales App Store y Google Play ya se encuentran algunos títulos especiales
para gatos. Happy Wings simula la
caza de pájaros; Cat Fishing, también
para los navegadores, se dedica a la caza de peces. En el caso de Game for Cats, el minino tienen que perseguir la
luz de un rayo laser o a un ratón. También hay que perseguir al ratón en el
caso de la aplicación Cat Toys
lite, aunque aquí ya se advierte que se divertirá tanto el animal como
su dueño, gracias a la opción de aumentar la velocidad del roedor.
Lo bueno del
sector, que suelen ser gratuitas (excepto los 1,99 dólares de la versión
completa de Game for Cats);
lo malo es que su eficacia como método gimnástico está, cuando menos, puesto en
duda.
Friskies,
empresa dedicada a la alimentación animal, ha creado un concurso para
desarrolladores, un hackathon como
se dice en la jerga ínformática. En Venice (Los Ángeles) se celebró una
competición para crear la mejor aplicación para gatos tanto en iPad como en
tabletas Android. Si era broma, la pagaban bien: 11.500 euros para el mejor
juego.
En la página web del concurso se dan recomendaciones y consejos para los
concursantes: “Los colores, el movimiento, la mecánica del juegos se han
investigado y llevado al máximo para buscar la diversión felina”, proclama.
El summum es la pelea entre humanos
y gatos de You versus cat. El dueño cara a cara con su
mascota. De hecho, la estadística de este reto corona la portada del concurso.
Por ahora, los gatos superan a los humanos: más de 22 millones de partidas
ganadas frente a 16 millones.
A pesar de la
abundancia de vídeos con gatos posando sus garras en los iPad intentando cazar
sus presas virtuales, estas aplicaciones no son aptas para todos.
De hecho, no se
considera recomendable. Gemma Peyró es veterinaria en Tot Cat, la
primera clínica especializada en gatos, con sede en Barcelona. “No lo
recomendamos, en absoluto. Solo generan frustración en los gatos, porque en un
principio los atrae, pero después se dan cuenta de que no hay una finalidad. No
hay un objetivo que puedan alcanzar. A los dos o tres minutos dejan de tener
interés en ello", expone. Y aprovecha para aclarar que una técnica usada
hasta hace poco con gatos obesos tampoco es aconsejable: "Se puso de moda
usar un puntero láser para obligarlos a hacer ejercicio. Sucedía lo mismo. Al
poco tiempo desistían, al ver que nunca hacían presa".
Entonces, ¿por
qué si hay vídeos en Youtube mi gato no reacciona? La especialista también
tiene respuesta para ello. En parte por la edad, en parte por desengañarse.
"Lo que les llama la atención son los movimientos. Con la edad pierden
vitalidad, pero también se dan cuenta antes de que no tiene sentido",
insiste.
Emily Badaraco
(Los Ángeles, 1986), asistente técnica veterinaria de la Clínica Gattos de Madrid,
confiesa que sus tres gatos se entretienen conJitterBug. “Cazan hormigas
entre ellos, cada vez a más velocidad”, expone, “pero solo unos minutos, se
aburren cuando descubre que no son seres vivos. Cuanto más jóvenes, más les
atrae”. Aprovecha para matizar que parte del reclamo está en el movimiento
acelerado pero no en el color. “Los gatos son daltónicos, por eso siguen las
hormigas de color negro que ven en pantalla”.
Al mismo tiempo
surge la duda de si a los perros les gustarían este tipo de contenidos. Peyró
es tajante: "No, el gato da sensación de jugar porque es depredador, pero
el perro tiene otro carácter. Sería absurdo". En su opinión, el sonido
tampoco estimula la actividad de los gatos. "Al contrario, los estresa.
Son animales a los que no les gusta el ruido".
Fuente de información: http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2013/03/21/actualidad/1363888586_128293.html
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