Investigadores de la Universidad de
Bristol afirman que las flores emiten señales eléctricas que las
abejas pueden distinguir, como si fuera un letrero de neón, de forma que
los insectos polinizadores saben de forma anticipada que ahí van a encontrar
una buena cantidad de rico néctar.
Las flores suelen producir colores
brillantes y fragancias seductoras para atraer a sus polinizadores. Pero además
emiten patrones de señales eléctricas que comunican información a los insectos.
Básicamente, les dicen lo atractivas que pueden resultar para ellos si están
repletas de polen.
Las plantas están generalmente cargadas
negativamente y emiten campos eléctricos débiles. Por su parte, las abejas
adquieren una carga positiva, de hasta 200 voltios, mientras vuelan por el
aire. No se produce una chispa mientras una abeja «cargada» se acerca a una
flor, pero sin duda se produce una pequeña fuerza eléctrica que potencialmente
puede transmitir la información.
Colocando electrodos en los tallos de las petunias, los
investigadores demostraron que cuando una abeja se posa en ella, el potencial
eléctrico de la flor cambia y permanece así durante varios minutos. ¿Podría ser
esto una forma por la cual las flores dicen a las abejas que otra abeja la ha
visitado recientemente? Para su sorpresa, los investigadores descubrieron que
las abejas pueden detectar y distinguir entre los diferentes campos eléctricos
florales. Y es algo que aprenden rápidamente. Así, evitan perder el tiempo...
de flor en flor.
Pero los científicos no conocen bien es
cómo las abejas detectan los campos eléctricos. Los investigadores especulan
con que los abejorros peludos perciben la fuerza electrostática, al igual que
el pelo de un ser humano es atraído por la pantalla de un televisor antiguo.
Fuente de información: www.abc.es/ciencia/
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