miércoles, 7 de agosto de 2013

Plantan árboles en el desierto para disminuir los efectos del cambio climático.

Científicos alemanes han desarrollado una técnica consistente en la plantación de la «Jatropha curcas» a gran escala, en zonas áridas y secas para capturar CO2
Mientras el planeta empieza a sentir los efectos del aumento del dióxido de carbono en la atmósfera y el consecuente aumento global de la temperatura, los investigadores están buscando un «plan b» para mitigar los efectos del cambio climático.
Un grupo de científicos alemanes han desarrollado un método para que la captura de dióxido de carbono, se haga de forma natural, es decir, a través de los árboles. La técnica, «Carbon farming», consiste en plantar árboles en regiones áridas a gran escala para capturar CO2.
Cuando se trata de capturar dióxido de carbono de la atmósfera, el equipo de trabajo ha mostrado que la planta «Jatropha curcas», es la más idónea. Es una planta oleaginosa de cuyas semillas se obtiene aceite a partir del que puede producirse biódiesel. 
Es originaria de México y Centroamérica, pero que crece en la mayoría de los países tropicales. Se la cultiva en América Central, Sudamérica, Asia, India y África.
Es muy resistente a la aridez por lo que puede ser plantada en zonas calurosas y secas, en tierras que no son apropiadas para obtener alimentos. Esta planta, lógicamente también necesita agua, por lo que las áreas costeras donde se puede desalinizar el agua de mar es ideal para esta plantación.
El estudio muestra que una hectárea de Jatropha puede capturar hasta 25 toneladas de dióxido de carbono atmosférico por año, durante un periodo de 20 años. Una plantación que ocupara el 3% del desierto árabe, podría, por ejemplo, absorber en un par de décadas todo el CO2 producido por los vehículos en Alemania durante el mismo periodo de tiempo. 
Con mil millones de hectáreas cultivadas, se podría absorber una porción significativa del CO2 que está en la atmósfera desde la revolución industrial.
Pero hay más ventajas: el precio de esta técnica va de los 42 a los 63 euros por tonelada de CO2, haciéndola competitiva con otras técnicas de captura y almacenamiento. Además, después de unos años, las plantas podrían producir bioenergía que puede servir para «alimentar» los sistemas de irrigación y desalinización.
Fuente de información: www.abc.es/ciencia/20130801


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