Las
estadísticas sugieren que las
personas que nacen en diciembre, enero o febrero tienen,
por lo general, menos educación, menores niveles de inteligencia,
una salud más pobre y menos ingresos que los individuos que nacen en
otras estaciones del año. Según un reciente estudio de los
economistas Kasey Buckles y Daniel Hungerman, de la Universidad de
Notre Dame (EE UU), este fenómeno se debe a que es
más frecuente que las madres adolescentes, con poca formación o
solteras den a luz en la estación fría. Y, por lo
tanto, sus hijos crecerían y se educarían con menos recursos.
Además,
en un artículo publicado en National
Bureau of Economic Research Working, los investigadores afirman
que, en general, las encuestas revelan que las mujeres prefieren no
dar a luz en invierno. Y que, por lo tanto, las que poseen más
formación y más recursos económicos planifican el embarazo para
que el parto se produzca en primavera o verano.
Fuente de información: www.muyinteresante.es
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