Investigaciones
previas habían demostrado que
quienes
sufren bullying
en su infancia son propensos a sufrirlo de nuevo en el ámbito
laboral,
y que este está estrechamente relacionado con la apariencia física.
Un nuevo estudio ha confirmado que
el acoso escolar tiene secuelas de por vida,
al demostrar que el grave impacto sobre la salud del niño no cesa
cuando se interrumpe el maltrato, sino que se acrecienta con el paso
del tiempo.
La
investigación, llevada a cabo por el Hospital de Niños de Boston
(EE.UU.), supone un precedente en el análisis de los efectos de la
intimidación a largo plazo, al abarcar la experiencia del escolar
desde la escuela primaria hasta la escuela secundaria. Según la
misma,
la ansiedad, fobia, depresión y pérdida de autoestima que
experimentan las víctimas de acoso escolar marcan su salud durante
los años siguientes.
Para
el análisis, los científicos realizaron un seguimiento de 4.297
niños y adolescentes de edades comprendidas entre 10 y 16 años. Les
entrevistaron periódicamente y les preguntaron sobre su salud mental
y física, y su experiencia respecto a las provocaciones, tanto
inocentes como perniciosas, por parte de sus compañeros de clase.
Los resultados revelaron que ser objeto de burlas continuas repercute
de forma directa en la salud del menor, al incrementar los síntomas
de depresión y baja autoestima. Los alumnos sometidos a un acoso
crónico durante dichos años mostraban unaconsiderable
merma
en su salud,
con importantes dificultades en la ejecución de actividades físicas
como caminar, correr o practicar deporte.
Según los autores, esta evidencia refuerza la importancia de una intervención temprana y continuada contra la violencia física y psicológica a la que muchos niños se enfrentan en sus primeros años académicos, ya que los efectos de la vejación emocional persisten más tiempo del esperado.
Fuente de información: www.muyinteresante.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario