sábado, 18 de mayo de 2013

Se desvela el origen de las llamas eternas.


Se alimentan de hidrocarburos que proceden de las profundidades de la Tierra y pueden brillar durante tiempos inmensamente largos, sin apagarse jamás. Resultan muy difíciles de estudiar y su origen es incierto. Ahora, las “llamas eternas” revelan algunos de sus secretos gracias al trabajo de un grupo de científicos del Departamento de Ciencias Geológicas de la Indiana University Bloomington.
No suelen ser accesibles al gran público, pero la Ciencia lleva ya mucho tiempo buscando el porqué de la existencia (y de la permanencia) de estos “fuegos eternos”, de los que se conocen varios centenares en todo el mundo. Durante el pasado año, una bien conocida y espectacular llama en el neoyorquino condado de Erie ha sido el centro de una investigación que ha logrado revelar su origen.
La publicación es fruto de un proyecto de colaboración entre el Departamento de Energía de los Estados Unidos y dos científicos de la Universidad de Indiana, Agnieszka Drobniak y Arndt Schimmelmann, para identificar filtraciones de gas natural en Indiana y determinar en qué forma éstas contribuyen a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Y es que, según los investigadores, nos queda aún mucho que aprender sobre la forma en que los gases de las profundidades logran emerger hasta la superficie terrestre. Y resulta que a veces, esas filtraciones son lo suficientemente abundantes y duraderas como para producir una llama que arde eternamente, como la estudiada al oeste de Nueva York.
Otros investigadores, como Giuseppe Etiope, del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia y que ha estudiado “llamas eternas” en todo el mundo, asegura que la de Nueva York, que se encuentra detrás de una cascada en el Chestnut Ridge Park, es la más bella que ha contemplado jamás. Pero no solo eso. También es la que muestra las mayores concentraciones de etano y propano jamás encontradas en una filtración de gas natural. De hecho, aproximadamente el 35% del gas es una mezcla de estos otros dos gases. El resto es metano.
Analizando al detalle la composición de los gases de la filtración y comparándolos con los registros conocidos de la región, los investigadores concluyeron que el gas del Chestnut Ridge Park tiene su origen en una formación rocosa del Devónico Superior (entre hace 385 y 359 millones de años) que se encuentra a unos 400 metros de profundidad. El gas alcanza la superficie a través de estrechos pasajes entre las rocas causados por la actividad tectónica.
 Fuente de información: www.abc.es/ciencia/

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