Científicos
de la Universidad de Groninga (Países Bajos) han
logrado identificar la zona del cerebro en la que se desencadenan el
clímax y la eyaculación propios del orgasmo masculino y femenino.
Se trata de un lugar del tallo cerebral conocido como tegmento
pontino dorsolateral, encargado de controlar las funciones básicas
de expulsión de fluidos corporales como la micción.
Este grupo de neurocientíficos lleva más de 40 años buscando el foco cerebral de la exultante respuesta sexual del cuerpo humano. En esta ocasión, escanearon el cerebro de parejas heterosexuales durante la estimulación con un software avanzado que permitió localizar con exactitud el epicentro del orgasmo. Este se situaba en la zona izquierda del tegmento pontino dorsolateral, cuya región derecha se encarga del control de nuestra vejiga. Ambas funciones se encuentran relacionadas ya que en ellas intervienen los órganos pélvicos y la secreción de fluidos.
El tegmento pontino dorsolateral conecta el cerebro con los órganos sexuales. No es una parte del cerebro específica del ser humano, sino que es inherente a todos los animales, como comprobó el equipo al escanear también el cerebro de gatos sobreexcitados.
A pesar de este hallazgo, el orgasmo continúa siendo una respuesta corporal enigmática en la que intervienen numerosos procesos psicológicos además de los puramente físicos.
Fuente de información: www.muyinteresante.es
Este grupo de neurocientíficos lleva más de 40 años buscando el foco cerebral de la exultante respuesta sexual del cuerpo humano. En esta ocasión, escanearon el cerebro de parejas heterosexuales durante la estimulación con un software avanzado que permitió localizar con exactitud el epicentro del orgasmo. Este se situaba en la zona izquierda del tegmento pontino dorsolateral, cuya región derecha se encarga del control de nuestra vejiga. Ambas funciones se encuentran relacionadas ya que en ellas intervienen los órganos pélvicos y la secreción de fluidos.
El tegmento pontino dorsolateral conecta el cerebro con los órganos sexuales. No es una parte del cerebro específica del ser humano, sino que es inherente a todos los animales, como comprobó el equipo al escanear también el cerebro de gatos sobreexcitados.
A pesar de este hallazgo, el orgasmo continúa siendo una respuesta corporal enigmática en la que intervienen numerosos procesos psicológicos además de los puramente físicos.
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