Al parecer, los hombres tienden a
ser más centrados y con menos capacidad para la empatía; a las mujeres les
sucede justo lo contrario.
Los investigadores partieron de la hipótesis inicial de
que las personas tienden a ser más egocéntricas cuando están sometidas a estrés,
por lo que la carga emocional se vería disminuida y por tanto su capacidad para
la empatía. Así, realizaron un experimento con un grupo de estudio formado la
mitad por hombres y la mitad por mujeres, a los que sometieron a condiciones de
estrés moderado en tres situaciones diferentes. Lo curioso del experimento es
que la hipótesis solo se reafirmó
para los hombres, ya que las mujeres presentaron una conducta
más empática.
Las conclusiones del estudio que ha sido publicado en la
revista Psychoneuroendocrinology,
subrayan que el estrés no solo afecta a nuestra salud, sino también a nuestras
relaciones sociales, sobre todo si hablamos del género masculino. Las mujeres
estresadas tienden a tener un comportamiento o conducta prosocial, por lo que se olvidan más del
“yo” y miran más al prójimo.
Para los investigadores no está claro por qué les sucede
solo a los hombre, y podría deberse a diversas explicaciones, una de ellas a la oxitocina. Esta hormona, conectada con los comportamientos
sociales, y conocida como la “hormona del amor”, presenta niveles más altos en
las mujeres en situaciones de estrés que en los hombres.
Fuente
de información: www.muyinteresante.es
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