Se ha descubierto una nueva forma de memoria mecánica
que ajusta la elasticidad de los músculos a su historial de estiramiento.
Mediante microscopios atómicos altamente sensibles, los
científicos han detectado una reacción química que aumenta la elasticidad de
las proteínas del músculo.
Se trata de la proteína más grande del cuerpo y la
principal fuente de la elasticidad muscular pasiva, según se
consideraba hasta ahora. Pero la nueva investigación revela que en el organismo
hay más titina de lo que se pensaba y que proporciona
la elasticidad necesaria para cada músculo, incluido el corazón.
Los niveles de oxidación afectan a la titina y aumentan durante la actividad muscular como una consecuencia natural del metabolismo elevado. La titina contiene un número inusualmente alto de ‘puntos calientes’ o lugares que son más propensos a la oxidación, pero la mayoría de ellos están ocultos e inactivos dentro de los pliegues moleculares.
Al mismo tiempo, los científicos han comprobado que el
estiramiento de un músculo puede forzar a la titina a desplegarse, dejando
expuestos los puntos de acceso y haciendo que la titina fuera cada vez más
sensible a la oxidación en el estiramiento.
Luego se centraron en una de las formas más comunes de la oxidación, llamada glutationilación, y observaron que la fuerza mecánica desenredaba los haces cruzados de titina y generaba cambios transitorios en la elasticidad, que duraba solo unos pocos segundos.
Sin embargo, el efecto de una fuerza mecánica, en
combinación con la glutationilación, resultaba mucho más persistente. La
rigidez de las moléculas de titina sólo se podía restablecer mediante la inversión
de la oxidación.
Según los científicos, el ejercicio facilita las reacciones de oxidación, pero es el estiramiento el que prepara los músculos para la oxidación.
Una vez que se producen esas reacciones, bloquean a las
proteínas del músculo en estado desplegado y causan un aumento sostenido de su
elasticidad. El músculo vuelve a la normalidad cuando las células musculares
eliminan naturalmente la oxidación, un proceso que puede durar varias horas.
El equipo cree que este tipo de memoria mecánica
podría ser una característica común de la mayoría de los tejidos elásticos y
que su hallazgo podría tener aplicaciones clínicas mediante métodos bioquímicos
para modificar la elasticidad muscular.
“El ajuste farmacológico de la mecánica muscular podría conducir a nuevos
tratamientos para enfermedades cardiacas y otras dolencias como la cardiomiopatía dilatada,
una de las causas más comunes de insuficiencia cardiaca en los jóvenes”, dicen
los autores.
Fuente
de información:www.muyinteresante.es
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