A pesar de que el sentido del olfato pueda parecernos
intuitivo, casi automático, es una de las primeras cosas que fallan en los
trastornos neurodegenerativos (alzhéimer, parkinson, etc) y ahora un
equipo de investigadores del NYU Langone Medical Center (EEUU) ha descubierto
que la memoria de los olores
específicos es de la que depende la capacidad del cerebro para aprender,
procesar y recordar con precisión durante la fase de sueño profundo.
Los investigadores realizaron un experimento con ratas que demostró que su memoria olfativa
se fortalecía cuando los olores detectados el día anterior se repetían
durante el sueño. Para llegar a esta conclusión el equipo de científicos
entrenó a un grupo de ratas para que reconocieran los olores a través del
condicionamiento. Así, descubrieron que cuando se producía un refuerzo de
olor durante el sueño, los recuerdos de las ratas se hicieron más profundos incluso
que cuando estaban despiertas. Por el contrario, cuando las
ratas fueron expuestas durante el sueño a un patrón de olor que no conocían,
acabaron con recuerdos falsos de muchos olores diferentes.
Nuestros resultados confirman la importancia de la
actividad cerebral durante el sueño para la fuerza y la precisión de la
memoria; creemos que durante el sueño de ondas lentas, las
neuronas del cerebro se comunican entre sí, y al hacerlo, fortalecen sus
conexiones, lo que permite el almacenamiento de información específica.
Este descubrimiento es el primero en demostrar que la
precisión de la memoria se ve alterada durante el sueño de onda corta.
Fuente
de información: www.muyinteresante.es
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