La
recuperación del agujero de la capa de ozono que se encuentra sobre
la Antártida parece peligrar por la aparición de nuevosproductos
químicos, según informan en
su estudio un equipo de investigadores de la Universidad de Anglia
del Este (Reino Unido) y que ha sido publicado en la revista Nature
Geoscience.
La
capa de ozono es nuestro escudo natural
para protegernos contra lasradiaciones
ultravioletas
provenientes del Sol (cuyos efectos son alteración del sistema
inmunológico, riesgo de contraer cáncer de piel y cataratas,
etc...), de ahí que en
1987
fuese aprobado internacionalmente el conocido Protocolo
de Montreal,
cuyo objeto no es otro que proteger la capa de ozono, reduciendo la
producción y el consumo de sustancias que afectan a la misma. Más
tarde, en
2010
fueron prohibidos los CFC (clorofluorocarbonos) y está previsto que
en
2015
arranque la prohibición total del uso de HCFC
(hidroclorofluorocarbono).
Con
las previsiones que existían hasta este momento, se creía que si
todos los países cumplían con los objetivos planteados en el
tratado, la capa de ozono podría recuperarse totalmente para el año
2050.
Sin embargo, este nuevo y negativo hallazgo parece obstaculizar sin
remedio ese avance.
Los
investigadores han encontrado cuatro
nuevos gases artificiales, tres CFC y un HCFC de los que se han
lanzado a la atmósfera más de 74.000 toneladas,
tratándose del aumento más grande de emisiones de gases
de efecto invernadero
desde que se pusieron en marcha los controles en 1989. Para los
investigadores este triste hallazgo es muy preocupante porque
contribuirá a la destrucción de la capa de ozono y por ahora se
desconoce desde dónde se emiten estos productos químicosaunque
todo apunta a que el origen puede provenir de productos químicos de
materias primas para la producción de insecticidas o incluso
disolventes para la limpieza de dispositivos electrónicos.
El
descubrimiento fue posible al comparar
las muestras de aire
actuales
con el aire atrapado en la nieve polar de tipo firn,
que no es sino una nieve parcialmente compactada, resto de inviernos
pasados y que se ha recristalizado formando una sustancia más densa
que la nieve fresca, por lo que la convierten en un auténtico
archivo histórico de la atmósfera.
Fuente de información: www.muyinteresante.es
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